Organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y la infancia han alzado han alzado la voz tras la difusión de imágenes de una ceremonia simbólica de boda entre dos adolescentes en la comunidad de San Juanito Yosocani, en San Lorenzo, Oaxaca. En los videos, también se observa a menores de edad consumiendo alcohol, lo que ha encendido las alertas sobre la reproducción de patrones nocivos en contextos rurales e indígenas.

El Grupo de Estudios Sobre la Mujer “Rosario Castellanos” (GESMujer) condenó los hechos y pidió a las autoridades una investigación urgente, al considerar que estos actos refuerzan normas sociales que fomentan las uniones tempranas, incluso cuando no hay un vínculo legal o acuerdo formal de por medio.

La organización subrayó que, aunque no se ha confirmado una unión formal, la representación de una boda entre menores legitima estructuras patriarcales que vulneran los derechos de la infancia, particularmente de las niñas. También destacó que este tipo de prácticas perpetúan la violencia de género, la desigualdad y la pobreza, al imponer roles de adultos sobre menores que aún no tienen la madurez necesaria para asumir tales responsabilidades.

Datos recientes muestran que en México una de cada cinco niñas se une antes de cumplir los 18 años, mientras que en Oaxaca esa cifra asciende a casi el 34% de las mujeres mayores de 15 años. Estas uniones están estrechamente ligadas a consecuencias como embarazos no deseados, abandono escolar y limitaciones en el ejercicio de derechos básicos.

GESMujer también alertó sobre los efectos de los estereotipos de género en los niños: “Los modelos de masculinidad tradicionales, centrados en el control y el poder, no sólo dañan a las niñas, sino también a los propios varones al imponerles conductas violentas como parte de su identidad”.

Ante esta situación, la organización exigió no solo sanciones, sino medidas de prevención y transformación a nivel comunitario. Propuso involucrar a la niñez, juventudes, líderes locales y organizaciones sociales en procesos educativos que cuestionen y desmantelen las causas estructurales de estas prácticas.

Finalmente, hizo un llamado a los medios de comunicación a actuar con responsabilidad, evitando discursos sensacionalistas o que estigmaticen a las comunidades rurales e indígenas, ya que esto perpetúa la exclusión en lugar de contribuir a la solución del problema.

Fuente: El Universal Online